lunes, 10 de julio de 2017

Las mujeres perciben casi un 23% de salario y 423 euros de pensión menos que los hombres

​La brecha salarial y en pensiones entre hombres y mujeres continúa siendo alarmante. Los últimos datos revelan que el salario de las mujeres fue un 22,9% menor que el de los hombres y que su pensión media es de 423 euros menos que la de los hombres (datos de mayo). La brecha de género tiene solución pero hace falta voluntad política. Para combatir la discriminación de género, UGT insta al Gobierno a cumplir la ley 27/2011 de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del Sistema de Seguridad Social, que ha venido posponiendo durante 6 años consecutivos en los PGE y adoptar ya la Resolución del Parlamento Europeo, del pasado 23 de junio, para corregir la brecha salarial y en pensiones entre mujeres y hombres. El sindicato recuerda también la necesidad de aprobar una Ley de Igualdad Salarial.

La última Encuesta Anual de Estructura Salarial (con salarios de 2015)  recoge que las mujeres percibieron de media 5.941,18 menos que los hombres, o lo que es lo mismo su salario fue un 22,9% inferior. Los resultados de esta Encuesta Anual nuevamente muestran la necesidad de abordar de forma efectiva la brecha salarial entre mujeres y hombres, desde el ámbito institucional a través de una Ley de Igualdad Salarial.








La brecha salarial se reduce a un ritmo muy lento y perpetua la brecha en pensiones

Aunque los datos publicados reflejan un ligero descenso en la brecha de los salarios de mujeres y hombres (0,35%), pasando del 23,25% en 2014 al 22,9% esta diferencia se mantiene en porcentajes elevadísimos, con apenas una reducción de 0,35 puntos porcentuales.

El mantenimiento de la brecha salarial en estos porcentajes, implica la perpetuidad de la brecha en pensiones si no se adopta una estrategia coordinada que desarrolle medidas dirigidas a combatir la brecha entre los salarios de mujeres y hombres.

Los últimos datos publicados por la Seguridad Social en materia de pensiones, correspondientes al mes de mayo muestran que la pensión media de las mujeres  se sitúa en torno 711,25 euros, mientras que la de los hombres asciende a  1.113,63 euros (casi 423 euros de diferencia).

Pero si hablamos de jubilación la brecha en la pensión media de jubilación percibida por mujeres alcanzó en mayo la cuantía de 778,83 euros, en contraste con los 1.231,87 euros mensuales que recibieron de media, los varones. La diferencia entre ambos sexos, en valores absolutos, es de 453 euros, y la brecha se mantiene en el 36,78% entre las pensiones de jubilación de mujeres y hombres.

UGT denuncia el sistemático incumplimiento por parte del Gobierno de la Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de Seguridad Social en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Una ley que ha venido posponiendo durante 6 años consecutivos en los Presupuestos Generales del Estado. Así denuncia el incumplimiento en materia de pensiones, en relación al estudio de medidas correctoras en las carreras de cotización de las mujeres; la insuficiencia de las medidas adoptadas en materia de cotizaciones de quienes trabajan a tiempo parcial; el incumplimiento en materia de pensiones de viudedad de las que son perceptoras mayoritariamente las mujeres, en el sentido de incrementar del 52% actual al 60% de la base reguladora del cónyuge fallecido cumpliendo determinados requisitos.

España deba adoptar cuanto antes la Resolución del Parlamento Europeo

Por otra parte, el Parlamento Europeo adoptó el pasado, 23 de junio, una Resolución en la que insta a la Comisión Europea a que elabore una Estrategia para poner fin a la brecha de género en materia de pensiones en la Unión Europea;  y a que vele por la correcta aplicación de las normativas europeas contra la discriminación de género (que pueden garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en materia de capacidad contributiva al sistema de pensiones). 

En la Resolución se condena enérgicamente la brecha de género en materia de salarios, que guarda relación con los problemas de discriminación, y se realiza un llamamiento a favor de una revisión de la Directiva 2006/54/CE, al objeto de conseguir una mayor igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que respecta al empleo y la remuneración. UGT considera que España debe adoptar cuanto antes los contenidos de esta Resolución para corregir la brecha salarial y la brecha en las pensiones entre mujeres y hombres.

De UGT.es

domingo, 2 de julio de 2017

INFORME DE UGT SOBRE ESTRES LABORAL EN LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS

La Organización Mundial de la Salud se refiere a la salud como aquel estado de bienestar o equilibrio físico, psíquico y social de las personas que debería mostrarse en los distintos contextos en que estas se desarrollan. Y una de las mayores amenazas para la salud, tanto física como psicológica, acostumbra a ser el estrés que las personas pueden experimentar en su trabajo.

El estrés puede concebirse como una reacción fisiológica de defensa del organismo frente a demandas vitales que se perciben como excesivas o inalcanzables. El estrés sostenido puede tener graves consecuencias negativas para la salud, tanto psicológica (problemas emocionales, de relación con otros, de baja autoestima...) como física (mayor riesgo de padecer accidentes, enfermedades graves, etc.).

Por ello, desde el sector de enseñanza de la FeSP-UGT se ha realizado un análisis sobre la posible incidencia del estrés entre los trabajadores de las universidades españolas, a partir de la utilización online del cuestionario de salud total (de Langner-Amiel). Este cuestionario incluye 22 preguntas (de respuesta sí/no) acerca del posible padecimiento frecuente por los individuos de síntomas como ardores de estómago, dolor de cabeza, problemas de sueño, de memoria, de humor, de ahogo, de agitación, de estado de ánimo, palpitaciones, etc.

Para aquellos trabajadores de la Universidad que todavía deseen cumplimentarlo, este cuestionario está disponible en el siguiente enlace:   

Desde marzo de 2017 hasta ahora han respondido al cuestionario de salud 2.228 trabajadores de las universidades públicas españolas, con los siguientes resultados generales:
·         700 trabajadores (un 31,41%) han mostrado una puntuación en estrés baja (manifestando 4 o menos síntomas del conjunto de los 22 evaluados).
·         434 trabajadores (un 19,47%), una puntuación en estrés intermedia (con 5-7 síntomas experimentados), lo que los convierte en un grupo de riesgo para padecer estrés en el futuro, si perduraran los factores ambientales adversos que inciden sobre ellos.
·         1.094 trabajadores (el 49,1%) presentan una puntuación de estrés elevada (al padecer 8 o más síntomas de los 22 evaluados), lo que lleva a clasificarlos como grupo de estrés.


CONCLUSIONES

Pese a las limitaciones metodológicas que pueda tener este análisis (al tratarse de una muestra accidental, no ponderada por edades, niveles laborales, etc.), los datos obtenidos permiten extraer las siguientes conclusiones tentativas:

·        Casi la mitad de los trabajadores universitarios que han respondido al cuestionario de salud experimentan un mínimo de 8 síntomas de estrés, lo que constituye un porcentaje muy elevado de personas que claramente sufren estrés en el ámbito laboral universitario.
·      Si a ello añadimos que otra quinta parte de los trabajadores, aunque no llegan al máximo nivel de estrés, experimentan entre 5 y 7 síntomas de los 22 evaluados (lo que ya constituye una puntuación de riesgo), se obtiene la cifra alarmante de que alrededor del 70 por ciento de los encuestados padecen síntomas de estrés de nivel entre medio y elevado.

POSIBLES CAUSAS O FACTORES DE RIESGO

Vistos estos datos, una pregunta necesaria es cuáles podrían ser los factores de riesgo que condicionan el alto nivel de estrés observado en los trabajadores de las universidades. A estos efectos se constituyó un grupo de discusión de profesionales universitarios (de distintas categorías, funciones, afiliados y delegados de prevención de UGT, etc.) para que, en función de sus respectivas experiencias laborales, generaran posibles hipótesis explicativas del origen de los riesgos psicosociales que se muestran en las universidades.

Como resultado de ello, entre los factores de riesgo que podrían contribuir a incrementar el estrés laboral en las universidades se señalaron los siguientes:

·  Cultura organizacional y de gestión: el ámbito universitario, en buena medida dicotomizado por colectivos profesionales (PDI, PAS) e integrado por muy diversos grupos y pautas organizacionales, tanto formales como informales (departamentos, facultades, grupos de investigación, etc.), no siempre claras y definidas, es susceptible de generar inseguridad laboral en muchos trabajadores a medio y largo plazo.
·       Carrera profesional del PDI: una circunstancia particularmente estresante para el caso del PDI puede ser el riesgo constante de pérdida del empleo que es característico de los primeros años de la carrera profesional; riesgo que, una vez estabilizado el empleo, se traslada a la preocupación permanente por superar los múltiples procesos de evaluación de que es objeto el PDI (quinquenios de docencia, sexenios de investigación, acreditaciones, oposiciones, solicitudes de financiación para proyectos de investigación, publicación de artículos en revistas de impacto, etc.), procesos evaluativos que lógicamente no siempre resultan favorables y satisfactorias.
·       Carrera profesional del PAS: en lo relativo al personal de administración y servicios puede ser especialmente estresante, si bien ello no concierne solo a este colectivo, la general falta de reconocimiento y recompensa laboral que suele experimentar, y un amplio sentimiento de infravaloración de su actividad profesional.
·      Actividad docente e investigadora: también suele ser una fuente importante de conflicto personal y de estrés para el PDI la necesidad de compatibilizar convenientemente la realización de una investigación de alto nivel con, a la vez, el desarrollo de una actividad docente intensiva y de calidad.
·       Habilidades académicas y administrativas: por otro lado, la solicitud de financiación para proyectos de investigación o de innovación docente suele requerir habilidades administrativas y de gestión (a veces complejas y desconocidas), a la vez que comportar un elevado trabajo burocrático, lo que suele interferir gravemente con las tareas docentes y de investigación.
·       Reuniones y gestión organizacional: asimismo la vida universitaria también es pródiga en reuniones de diversos tipos y con distintas finalidades, reuniones que en ocasiones no están ni bien planificadas ni gestionadas; ello puede provocar una frecuente sensación de pérdida de tiempo y sentimientos de conflicto entre tareas, y en consecuencia un incremento de la vivencia de estrés.
· Falta de correspondencia entre la función universitaria y los salarios percibidos: diversos profesionales universitarios manifiestan la queja de que los sueldos en las universidades no se corresponden debidamente con los niveles técnicos y académicos de las funciones profesionales desarrolladas.
·        Mayor estrés de los profesores a tiempo parcial: los profesores a tiempo parcial también pueden experimentar un mayor estrés laboral debido a sus menores niveles salariales y a su menor consideración tanto en el propio ámbito de las universidades como a nivel social.
·    Mayor estrés en las mujeres: en general puede existir un mayor nivel de estrés en las mujeres, tanto en términos globales como por lo que se refiere al que puede derivarse de una menor valoración de su valía y rendimiento profesional por parte de otras personas o estamentos.