La Organización Mundial de la Salud se
refiere a la salud como aquel estado de bienestar o equilibrio físico, psíquico
y social de las personas que debería mostrarse en los distintos contextos en
que estas se desarrollan. Y una de las mayores amenazas para la salud, tanto
física como psicológica, acostumbra a ser el estrés que las personas pueden
experimentar en su trabajo.
El estrés puede concebirse como una
reacción fisiológica de defensa del organismo frente a demandas vitales que se
perciben como excesivas o inalcanzables. El estrés sostenido puede tener graves
consecuencias negativas para la salud, tanto psicológica (problemas
emocionales, de relación con otros, de baja autoestima...) como física (mayor
riesgo de padecer accidentes, enfermedades graves, etc.).
Por ello, desde el sector de
enseñanza de la FeSP-UGT se ha realizado un análisis
sobre la posible incidencia del estrés entre los trabajadores de las
universidades españolas, a partir de la utilización online del cuestionario
de salud total (de Langner-Amiel). Este cuestionario incluye 22
preguntas (de respuesta sí/no) acerca del posible padecimiento frecuente por
los individuos de síntomas como ardores de estómago, dolor de cabeza, problemas
de sueño, de memoria, de humor, de ahogo, de agitación, de estado de ánimo,
palpitaciones, etc.
Para aquellos trabajadores de la
Universidad que todavía deseen cumplimentarlo, este cuestionario está
disponible en el siguiente enlace:
Desde marzo de 2017 hasta ahora han
respondido al cuestionario de salud 2.228 trabajadores de las universidades
públicas españolas, con los siguientes resultados generales:
·
700 trabajadores (un 31,41%) han mostrado una puntuación en estrés baja
(manifestando 4 o menos síntomas del conjunto de los 22 evaluados).
·
434 trabajadores (un 19,47%), una puntuación en estrés intermedia (con 5-7
síntomas experimentados), lo que los convierte en un grupo de riesgo para
padecer estrés en el futuro, si perduraran los factores ambientales adversos
que inciden sobre ellos.
·
1.094 trabajadores (el 49,1%) presentan una puntuación de estrés elevada
(al padecer 8 o más síntomas de los 22 evaluados), lo que lleva a clasificarlos
como grupo de estrés.
CONCLUSIONES
Pese a las limitaciones metodológicas que
pueda tener este análisis (al tratarse de una muestra accidental, no ponderada
por edades, niveles laborales, etc.), los datos obtenidos permiten extraer las
siguientes conclusiones tentativas:
· Casi la mitad de los trabajadores universitarios que han respondido al
cuestionario de salud experimentan un mínimo de 8 síntomas de estrés, lo que
constituye un porcentaje muy elevado de personas que claramente sufren estrés
en el ámbito laboral universitario.
· Si a ello añadimos que otra quinta parte de los trabajadores, aunque no
llegan al máximo nivel de estrés, experimentan entre 5 y 7 síntomas de los 22
evaluados (lo que ya constituye una puntuación de riesgo), se obtiene la cifra
alarmante de que alrededor del 70 por ciento de los encuestados padecen
síntomas de estrés de nivel entre medio y elevado.
POSIBLES CAUSAS O FACTORES DE RIESGO
Vistos estos datos, una pregunta necesaria
es cuáles podrían ser los factores de riesgo que condicionan el alto nivel de
estrés observado en los trabajadores de las universidades. A estos efectos se
constituyó un grupo de discusión de profesionales universitarios (de distintas
categorías, funciones, afiliados y delegados de prevención de UGT, etc.) para
que, en función de sus respectivas experiencias laborales, generaran posibles
hipótesis explicativas del origen de los riesgos psicosociales que se muestran
en las universidades.
Como resultado de ello, entre los factores
de riesgo que podrían contribuir a incrementar el estrés laboral en las
universidades se señalaron los siguientes:
· Cultura organizacional y de gestión: el ámbito universitario,
en buena medida dicotomizado por colectivos profesionales (PDI, PAS) e
integrado por muy diversos grupos y pautas organizacionales, tanto formales
como informales (departamentos, facultades, grupos de investigación, etc.), no
siempre claras y definidas, es susceptible de generar inseguridad laboral en
muchos trabajadores a medio y largo plazo.
· Carrera profesional del PDI: una circunstancia
particularmente estresante para el caso del PDI puede ser el riesgo constante
de pérdida del empleo que es característico de los primeros años de la carrera
profesional; riesgo que, una vez estabilizado el empleo, se traslada a la
preocupación permanente por superar los múltiples procesos de evaluación de que
es objeto el PDI (quinquenios de docencia, sexenios de investigación,
acreditaciones, oposiciones, solicitudes de financiación para proyectos de
investigación, publicación de artículos en revistas de impacto, etc.), procesos
evaluativos que lógicamente no siempre resultan favorables y satisfactorias.
· Carrera profesional del PAS: en lo relativo al
personal de administración y servicios puede ser especialmente estresante, si
bien ello no concierne solo a este colectivo, la general falta de
reconocimiento y recompensa laboral que suele experimentar, y un amplio
sentimiento de infravaloración de su actividad profesional.
· Actividad docente e investigadora: también suele ser una
fuente importante de conflicto personal y de estrés para el PDI la necesidad de
compatibilizar convenientemente la realización de una investigación de alto
nivel con, a la vez, el desarrollo de una actividad docente intensiva y de
calidad.
· Habilidades académicas y administrativas: por otro lado, la
solicitud de financiación para proyectos de investigación o de innovación
docente suele requerir habilidades administrativas y de gestión (a veces
complejas y desconocidas), a la vez que comportar un elevado trabajo
burocrático, lo que suele interferir gravemente con las tareas docentes y de
investigación.
· Reuniones y gestión organizacional: asimismo la vida
universitaria también es pródiga en reuniones de diversos tipos y con distintas
finalidades, reuniones que en ocasiones no están ni bien planificadas ni
gestionadas; ello puede provocar una frecuente sensación de pérdida de tiempo y
sentimientos de conflicto entre tareas, y en consecuencia un incremento de la
vivencia de estrés.
· Falta de correspondencia entre la función universitaria
y los salarios percibidos: diversos profesionales universitarios
manifiestan la queja de que los sueldos en las universidades no se corresponden
debidamente con los niveles técnicos y académicos de las funciones
profesionales desarrolladas.
· Mayor estrés de los profesores a tiempo parcial: los profesores a
tiempo parcial también pueden experimentar un mayor estrés laboral debido a sus
menores niveles salariales y a su menor consideración tanto en
el propio ámbito de las universidades como a nivel social.
· Mayor estrés en las mujeres: en general puede
existir un mayor nivel de estrés en las mujeres, tanto en términos globales
como por lo que se refiere al que puede derivarse de una menor valoración de su
valía y rendimiento profesional por parte de otras personas o estamentos.
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